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Renta Básica

Concebimos pues un modelo de sociedad donde todos sus miembros se beneficien de la riqueza producida, de los bienes comunes y de los recursos naturales. Esta "renta" es un derecho básico y fundamental de cada ciudadano. Desde X Tegueste creemos que es posible materializarlo a través de una herramienta real y aplicable: la Renta Básica.

Índice de contenidos:

  • La Renta Básica es un derecho
    • Reconocimiento del trabajo no remunerado
    • Libre elección del modo de vida
    • Reorientación de la economía sobre bases más ecológicas y humanas
  •  La Renta Básica es real
    • Financiación

La Renta Básica es un derecho

Las sociedades contemporáneas son herederas de un inmenso patrimonio cultural, natural y científico que permite maximizar la explotación de los recursos al mismo tiempo que se reduce la intervención humana. Los avances técnicos y mecánicos a través de la historia han abaratado los costes y simplificado los procesos de producción permitiendo sacar el máximo beneficio de la tierra.

Además, la relación entre el concepto trabajo tradicional y el desarrollo de una sociedad se ha roto. Por un lado, hoy en día el sistema socio-económico descansa sobre un ejército de desempleados y precarios, convirtiendo la meta de “pleno empleo” en puramente simbólica, inalcanzable y alienante. Por otro lado, a pesar de tener un contrato legal de trabajo, cada vez más personas, los llamados “trabajadores pobres”, están por debajo del umbral de pobreza. Estos cambios, unidos a un modelo de desarrollo equivocado e injusto, ha permitido que no sólo la riqueza material, sino también la riqueza medida en bienestar, tiempo, salud, felicidad o libertad esté reservada a un sector privilegiado de la sociedad de manera ilegítima y conviva con la extrema pobreza, el “cuarto mundo” de los países del Norte.

Hemos llegado a un modelo de sociedad cuyo creación de valor y concepto de riqueza ha dejado de estar basada en la fuerza y tiempo de trabajo, sino en el conocimiento de los avances y la capacidad de aprovechar las nuevas tecnologías. Este nuevo modelo cognitivo de sociedad descansa sobre la creatividad, la imaginación y lo inmaterial a través de la cooperación gratuita, nuevas solidaridades, nuevas redes y medios técnicos disponibles. En este contexto global, el discurso social dominante y el actual Estado de Bienestar que exaltan el lugar central del “trabajo productivo” han llegado a un callejón sin salida.

En base a esas premisas, hay que reformar de manera radical este sistema de redistribución heredado de la sociedad industrial pero incompatible con el post-fordismo. Para ello, además de una redefinición del concepto de trabajo y de riqueza, en X Tegueste pensamos que siendo el conocimiento adquirido a través de los siglos y patrimonio de todos, también lo deben de ser sus réditos. Este conocimiento así como el usufructo de la Tierra no han de ser privatizados por unos pocos, sino que ha de repartirse entre todos los individuos, herederos del saber colectivo. Concebimos pues un modelo de sociedad donde todos sus miembros se beneficien de la riqueza producida, de los bienes comunes y de los recursos naturales. Esta "renta" es un derecho básico y fundamental de cada ciudadano. Desde X Tegueste creemos que es posible materializarlo a través de una herramienta real y aplicable: la Renta Básica.

La Renta Básica es un ingreso para la ciudadanía, universal e incondicional, que dota a todo beneficiario de la posibilidad de satisfacer las necesidades básicas para llevar una vida digna. Es universal porque es para todos y todas, ricos y pobres, parados y asalariados, jóvenes y ancianos. Es incondicional porque no depende de la situación del individuo, pues lo recibe por el simple hecho de existir.

A primera vista, la Renta Básica es una herramienta potente de lucha contra la pobreza, al dotar inmediatamente de recursos a aquellos que carecen de ellos. Sin embargo, afecta también a muchos otros aspectos de la sociedad: rompe transversalmente muchas de las cadenas que atan a sus individuos y que impiden el avance hacia un modelo más justo, solidario y saludable y permite reorientar el proceso de producción hacia bases ecológicas:

  • Reconocimiento del trabajo no remunerado

En un mundo eminentemente materialista el valor de las cosas tiende a ser medido en función de la riqueza económica —entendida como crecimiento del PIB— que pueden producir. Sin embargo, se hace imprescindible dotar del reconocimiento adecuado a los diferentes factores encargados de producir una riqueza social, ecológica y colectiva sin la cuál ningún sector productivo podría trabajar.

Esta riqueza se produce en su mayoría a través del trabajo no remunerado y considerado hoy como no productivo. El voluntariado, el trabajo del hogar, las realizaciones de actividades culturales, artísticas, deportivas, lúdicas, familiares y el simple disfrute del tiempo libre... son la base real del bienestar que se tambalea ante una sociedad dónde el dinero lo es todo y a cuyo grueso cada vez le cuesta más tiempo y esfuerzo conseguirlo.

La lucha de cada individuo por su supervivencia social a través de la obtención de dinero deja de ser necesaria, pues se asegura desde un principio el bienestar básico de la persona. De esta manera, la Renta Básica otorga a los ciudadanos la oportunidad de participar activamente en la construcción de la sociedad que desean y que asegura su derecho a la existencia.

Desde una perspectiva de género, se arremete contra las situaciones de dependencia económica de la mujer sobre el hombre y se materializa el reconocimiento del trabajo realizado en lo referente a tareas del hogar y cuidado familiar, que normalmente recaen sobre las mujeres. La recuperación de libertad por parte de la mujer como individuo a través de la Renta Básica posibilita una lucha activa contra el patriarcado y promueve el avance hacia una sociedad diseñada por mujeres y hombres y al servicio de ambos.

  • Libre elección del modo de vida

La realidad social actual dificulta en gran medida el efectivo cumplimiento de los derechos con los que cuentan sus ciudadanos. El desempleo, los bajos salarios, el precio de la vida, la precariedad, la pobreza, la exclusión social... son factores que van en aumento y someten al ciudadano al yugo de la explotación laboral, los abusos, la desprotección... coartando así su libertad real y su capacidad de ejercer sus derechos.

La Renta Básica rompe esta dinámica al asegurar la independencia económica del individuo. El trabajador recupera la propiedad de su fuerza de trabajo y su capacidad para decidir dónde dedicarla, aumentando su poder frente a las empresas. Tanto de manera individual como colectiva supone un escudo de protección a la hora de reivindicar cambios y mejoras laborales.

El cambio no sólo afecta al ámbito laboral, sino que va más allá ya que se consigue invitar al individuo a elegir su modo de vida, no sólo ofreciendo la posibilidad real de disfrutar su tiempo, sino también de reorientar sus hábitos de consumo y de producción.

La Renta Básica permite ciertamente la elección moral en un mundo dónde, a pesar de la aceptación cada vez creciente de los valores ecologistas, pacifistas y solidarias, las personas siguen viéndose obligadas a contaminar, a competir y a alimentar un sistema auto destructivo y generador de desigualdades en las que están inmersas.

  • Reorientación de la economía sobre bases más ecológicas y humanas

En la actualidad, la sociedad está dominada por un sistema eminentemente productivista y basado en el crecimiento. Esta lógica, que considera los recursos del planeta infinitos, está condenada al fracaso, pero se mantiene vigente gracias a la implantada relación entre producción y bienestar. Este vínculo entre ambos factores, repetido hasta la saciedad en los medios de comunicación y en los discursos políticos, es artificialmente exagerado en beneficio del grupo de privilegiados en control de los medios de producción y promotores de la carrera del consumo. Más allá de la propiedad de los medios de producción, se plantea sobre todo la cuestión de la finalidad de la producción (¿por qué, para qué y cómo producir?) y de su necesaria reorientación sobre bases más ecológicas y humanas.

La Renta Básica permite esta reorientación pues se apuesta por la creación de riqueza no material, facilitando concebir el bienestar más allá del materialismo vacío que el productivismo desenfrenado trae consigo. El cambio de paradigma permite redefinir conceptos claves. El valor del trabajo deja de depender directamente del valor económico del bien producido (o la ganancia que se consigue con él), para dar paso en su valoración otros factores como el tiempo invertido, el deseo de realizar la tarea, la comodidad o la importancia personal, social o ecológica. Cambia así el concepto del "producto" pues ya no se está anclado a la ganancia económica que antes lo dominaba. Igualmente la riqueza adquiere nuevas connotaciones en su significado pues deja de regular la inclusión o exclusión social de los individuos para convertirse en un derecho, sentando así la base para un decrecimiento de las sociedades modernas.

De este modo, la renta básica se convierte en el pilar de un nuevo sistema productivo ya que da carácter prioritario y es una subvención directa a las actividades ayer consideradas como no productivas pero fuentes imprescindibles de riqueza social y ecológica.

 

La Renta Básica es real

Desde X Tegueste proponemos el establecimiento de una Renta Básica a nivel europeo con un importe mínimo del 50% de la renta media disponible neta, es decir, unos 550€ mensuales (la mitad para los menores de 16 años). Esta Renta Básica se concedería de manera individual, sin contrapartidas, a toda persona oficialmente residente en la Unión por un periodo mínimo de 6 meses. 

  • Financiación

Muchas de las críticas dirigidas hacia la implementación real e instauración de una Renta Básica se dirigen hacia el apartado de su financiación. Evidentemente se trata de una medida cara, precisamente por su condición de ingreso universal y requiere de modificaciones sustanciales en la economía. Dedicamos este apartado para proponer en líneas generales el modelo de financiación que desde X Tegueste consideramos más apropiado, teniendo como telón de fondo la búsqueda de un bienestar no asociado al consumo/producción, socialmente justo y respetuoso con el medio-ambiente.

En este marco, proponemos una financiación a nivel que descanse sobre el Impuesto sobre el Valor Añadido (I.V.A.) unificado a nivel europeo como forma de tasar directamente el consumo, complementada además con una Tasa RB encargada de gravar las plusvalías en el momento en el que son producidas.

Al basar la financiación de la Renta Básica sobre el consumo apostamos por un modelo de impuestos aplicado al proceso productivo y el trabajo de las máquinas directamente, y no al trabajo humano como ocurriría con una financiación basada en una reforma del IRPF. Esto descarga la fiscalidad del trabajo en su conjunto y permite realizar ajustes sobre el importe del impuesto en función de los bienes de consumo: tasas más elevadas para productos contaminantes, no reciclables, importados desde lejos, comercio injusto y, en general, con un precio ecológico o social elevado sin ser artículos de primera necesidad.

En complementación, se establece una tasa especial denominada Tasa Renta Básica. La Tasa RB se aplicaría sobre todas las revalorizaciones que tengan lugar en la zona de aplicación de la RB (revalorización de un terreno, de un piso, de un caché de deportista, etc.). Por tanto se aplica también al control de las transacciones financieras y los movimientos de capitales especulativos, en sintonía de esta manera con la Tasa Tobín. La Tasa RB es un impuesto pequeño (en torno a un 5% y también ajustable) pero de gran importancia ya que se pretende que a nivel de la Zona Monetaria sean gravadas todas las plusvalías en el país y en el momento donde se originan.

La Renta Básica reemplazaría además cualquier otra renta o pensión pública de nivel inferior y se complementaría con aquellas de nivel superior. El hecho de que no requiera contrapartidas y de que sea concedida a priori indican que el coste administrativo de la medida será relativamente bajo en comparación con prestaciones de otras características puestas en práctica en la actualidad. 

J V
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